19 enero 2011

   "Qué rápido se va el amor, qué veloz pasa la vida, qué breves los buenos momentos"  escribe Alba con el dedo en el sofá. Es una costumbre que tiene desde hace mucho tiempo, pero ahora hacerlo solo le produce una sensación de vacío. Meses atrás su hoja en blanco era la piel de Diego, donde escribía cada día un nuevo mensaje, siempre diferente. Mensajes de amor, de eternidad, de felicidad; que ahora se han trocado en invisible melancolía, plasmada por escrito en cada uno de los muebles, paredes y puertas de la casa en la que vivían juntos.

   "La primera vez que te vi" escribió una vez en su brazo izquierdo, "supe que siempre serías mío" continúa en el derecho, "como yo sería tuya." concluye en su pecho.

    Escritas con tinta, grabadas a fuego, o trazadas con un dedo, hay palabras que acaban desvaneciéndose...

4 comentarios:

  1. Ah, dios. Este me ha encantado.

    Sobretodo:
    "La primera vez que te vi" escribió una vez en su brazo izquierdo, "supe que siempre serías mío" continúa en el derecho, "como yo sería tuya." concluye en su pecho.

    quizás es que me estoy volviendo yo blandita y paso del amor al desamor en cuanto puedo, y he olvidado los textos tan sucios y grotescos que escribia...Un placer leerte, como siempre.

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  2. A mi también me gusta usar esta tipografía. Me gusta el diseño del blog.

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  3. si pudiéramos escribir siempre así....; cuando los dedos consiguen decir lo que quieren van mejor que las palabras, no, y las palabras muchas veces no logran trasmitir la electricidad del tacto. A ver cuándo nos atrevemos a escribir poemas largos, largos –yo– y relatos extensísimos –tú.

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  4. El desamor no existe. ¿Cómo va a desaparecer el sol porque alguna vez prefieras la noche? El que ama es un sol para quien se acerca a él. Si se acerca demasiado se abrasa. El desamor solo existe para los que creen que algo puede durar toda la vida.

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