01 octubre 2011

Indúltame por lo que no fui, perdóname por lo que he sido. Sin tu última palabra me mataré a silencios de cordura, hasta que los oídos revienten en una súplica de perdón. Me ahorcaré con una soga de verdades, inhalando el último aliento que no me cedió tu mirada. Me abriré las venas y dejaré que salga hasta la última gota de odio hacia mí mismo, derramándose por una bañera llena de errores aún calientes. No me despediré de ti, ni de mí.