08 enero 2011

Diez años de mirarte sin mirar, de quererte sin deber, de odiarte sin poder.
Diez años de ausencias intercaladas, de reencuentros sin palabras.
Diez años en los que todo ha cambiado.
Tú.
Yo.

   Y sin embargo, si fuiste la razón por la que conocí el verdadero llanto; te consolaré cada vez que tus lágrimas te cieguen. Si por tus palabras llegué a perder el juicio, a ti te devolveré la cordura. Si tu mirada llegó a dejarme sola, tú siempre tendrás compañía. Y no será suficiente para compensar a tus oscuros ojos, todo lo que hasta ahora me han dado.

  Diez años más pueden pasar. Mentiras que olvidar, lágrimas por caer, sensaciones sin conocer...
  
  Pero el nosotros siempre permanecerá.

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