23 diciembre 2010

Atranqué la puerta única en mi vida

abierta a temores,

cerrada a alegrías

desde hace tiempo.

Intenté tapiarla desde dentro

para que yo no pudiera salir,

para que tú no pudieras entrar;

pero el tiempo la echó abajo

destrozando el marco y la cerradura,

la madera, los tornillos, las bisagras,

como Jack Nicholson en El Resplandor.

Tú entraste y yo salí

porque no había sitio para dos

en un corazón a la mitad.


1 comentario:

  1. Un buen estilo observo en estos versos María, me gusta como imaginas y expresas en tus versos cuadros sugerentes y verdaderamente hermosos.Te luces bastante hablando de temas tan mundanos como el amor.Un acierto leerte.

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