Vamos al cine.
"Juguemos a saborear esa felicidad sin límites marcados, sin un final concreto, donde incluso las tormentas y los tormentos parecen agradables; porque tú omnipresente espectador, sabes, desde tu butaca, que pasarán, y el sol brillará como nunca antes lo había hecho, en los bailes de graduación, los eternos viajes a paradisíacos paraderos, las bodas."
Quieres regocijarte en ese placer ajeno. Acoges las blancas sonrisas americanas como si a ti fueran dirigidas; el amor de las azules miradas, de las bellas -aunque cada vez menos profundas- palabras, de las caricias de cachemir, del mágico sexo estelar...
Sin embargo, a mí pagar 8.50 solo me produce dolor de huevos.
¿Ya te has dado cuenta de que tu vida nunca será como una película?
Sin embargo ya suenas a "película"; ¿podemos pensar lo contrario, que en cada segmento de nuestra vida hay un millón de pelis?
ResponderEliminarSueno a película...quizás con las comillas se aprecie más la ironía.
ResponderEliminarIronía, si había, era sin acritud, ¿eh?
ResponderEliminarPor supuesto, con decir 'dolor de huevos' ya me pareció bastante; pero ahora veo que no hice el texto lo suficiente claro, quizás.
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