09 febrero 2011

Sueño II

  Ana pasea sola bajo la lluvia, si va hacia algún lugar no lo sabe bien; tan solo camina por la senda que la rutina le ha impuesto, un anodino trecho entre carreteras, un parque con bancos y unos cuantos pinos que recorre una y otra vez, sin pararse a mirar más que sus propias pisadas.

 En ese día tan gris le llama la atención una figura que, como ella, no lleva paragüas. Inmóvil, a unos cuantos pasos, la observa. Se conocen, mas apenas han hablado antes. Ella intenta sonreír tímidamente, pero solo consigue una extraña mueca; él se aproxima, se dan dos besos apresurados, tratando de tocarse lo menos posible. Ana piensa que a él no le agrada demasiado, así que tras los "qué tal" y los "no sabía que venías por aquí", se prepara para despedirse. Sin embargo, él se ofrece para acompañarla. A dónde vas, le pregunta, y ella se inventa una respuesta.

 Bajo la lluvia se deslizan las palabras, limpias, blancas; que van tomando un sentido que nada antes en la vida de Ana tuvo, adoptando la forma de una ilusión irracional alimentada por un desconocido, que ya no lo parece tanto. Pasan minutos, horas, días, hasta que ella decide haber llegado a su fingido destino. Así se lo hace saber a su acompañante; se paran, se miran a los ojos. Las gotas de agua no han empapado sus ropas ni su pelo. En un instante ella se aferra a su espalda, él la abraza por los hombros, las mejillas se rozan, los alientos acaban por encontrarse.

 Toda una vida que en un instante parece remodelarse por completo, como un montón de arcilla en unas nuevas manos; solo la piel de su espalda parece real en ese único abrazo de despedida, y deja de serlo en el momento en el que él susurra un adiós.

 Ana despierta. No recuerda nada, pero se remueve en la cama con una molesta sensación de vacío... como quien ha perdido algo.

1 comentario:

  1. Dos notas, una de detalle y otra general. "Fingido destino" = 'destino fingido', es uno de los pocos lugares en los que te amaneras.
    ¿Y si se quita el párrafo final? ¿Y si se prohíbe contar lo que, finalmente, era un sueño? ¿Para qué un texto literario bien trabado e imaginado se tiene que presentar, redimir, a su vez, como si no hubiera sido real o literario?

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